ROCÍO MARCOS

Hoy pasa por la sección de entrevistados Rocío Marcos, canterana del club y toda una veterana a pesar de su juventud. Debo destacar de ella lo bien amueblada que tiene la cabeza aunque a pesar de su timidez inicial, es un chica muy coherente en sus respuestas.

Como a cualquiera de su edad la gusta la música, salir con sus amigos… y puede ser que su secreto oscuro sea su gusto por las chuches  (Puede ser una pista para algún chico que la quiera conquistar, jiji).

Este rato que he pasado con ella ha sido para darme cuenta de que, sin duda, está llamada a ser una gran mujer tanto en lo personal como en su vida profesional. Rocío no es de esa generación “millennial” que pasa los días sin más, todo lo que ella hace tiene su aquel.

Es admirable en ella el dicho de “si se quiere, se puede”, ya que compagina a la perfección estudios, deporte, clases en el conservatorio (5º de piano), salir por ahí con su gente…

¿Cómo fueron sus inicios en el baloncesto?

Pues empecé en Segundo de Primaria. Cierto es que iba a gimnasia rítmica en ese momento y hablando con una amiga (María Infante) que jugaba al baloncesto me animó a empezar, aunque al año siguiente ella lo dejó,  pero yo he continuado jugando y hasta ahora.

¿Ha tenido algún tipo de convocatoria?

Sí, de Alevín estuve seleccionada en las PRD tres veces y luego en Infantil estuve en Béjar y otra en Ávila. Me quedo con la experiencia de entrenar con más gente de la que aprendes mucho. Sí que me hubiese hecho ilusión dar un pasito más, pero tampoco me obsesionaba con ello.

¿Tenía expectativas de llegar muy arriba?

Yo juego más por diversión, aparte que mi altura es la que es y más arriba hay mucho nivel…. pero cierto es que tampoco me lo he planteado en serio.

¿Qué personas le han ido dejando huella?

Cada entrenador tiene lo suyo… con Sama he estado un montón de años y es la que me ha formado y con la que he aprendido mucho. Posteriormente, José Mancho también me ha entrenado. Son dos personas que, aparte de sus conocimientos, me quedo con la manera que tienen de transmitirlos, me gusta mucho.

¿Cómo lleva el día a día para compaginar todo?

Ufff… En ocasiones resulta muy difícil y cuando me coincide con los exámenes me agobio un poco, creo que como todos (risas). Pero al final si te organizas bien, el tiempo da mucho de sí, por ejemplo, suelo faltar poco a los entrenos y si falto es que no hay más remedio.

¿Qué momentos recuerda como jugadora?

Pues tengo dos. El primero fue un partido en Infantil de segundo año en el que no nos jugábamos mucho, pero metí un motón de puntos y me hizo  mucha ilusión, creo que metí 28 puntos….ese día me entraba todo (risas).

El otro fue un torneo en Galicia, categoría Infantil. Me tocó entrar a canasta y la fallé… pero bueno, son cosas de las que luego aprendes  y procuras fijarte más.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado y cual daría usted?

Uff… dar yo pocos (risas), pero de los que me han dado me quedo con que tengo que confiar en mí misma, que por muy bueno que seas no hay que creérselo, sino pensar que las cosas las sabes hacer y hay que tirar para adelante con todas las consecuencias.

¿Qué aporta al equipo en lo personal?

Yo creo que alegría y buen rollo, nos llevamos muy bien entre todas y eso es esencial. Nos animamos entre nosotras, nos gastamos bromas…

¿Cómo se planteas el futuro?

En lo académico ahora estoy en 1º de Bachillerato y aún no sé lo que me gustaría hacer, aunque sí me gustaría ir a la Universidad. En lo deportivo es una pena que no haya equipo Senior Femenino, pero sí me gustaría seguir jugando en la Universidad o de vez en cuando con algún grupo de amig@s en plan de fines de semana o cuando se pueda.

¿Cree que hay una excesiva presión por el ganar?

Puff…. ¡¡Vaya pregunta más complicada!! Quizás no tanto ganar, pero sí por hacerlo bien, ya que hemos ganado partidos de más de 20 puntos y hemos jugado horrible. Otras veces es al revés y a pesar de la derrota te vas a casa con la sensación de haberlo dejado todo jugando.

¿Qué le ha aportado el baloncesto en su vida?

Yo creo que, sobretodo, disciplina y una rutina a la hora de hacer las cosas. Como jugadora en el puesto de base me ha enseñado a tomar decisiones, aunque como en la vida misma, hay veces que son acertadas y otras no tanto.

¿Qué tal los viajes en equipo?

En la ida solemos ir dormidas, pero al volver nos juntamos todas (incluida la entrenadora) y nos ponemos a charlar, cantar… vamos que nos lo pasamos bien mientras nos echamos unas risas.

¿Cómo ha sido su evolución en el club?

Nunca me lo he planteado a largo plazo, me lo tomaba año a año y poder seguir creciendo a la par que evolucionando. Todo depende como te lo tomes, el baloncesto engloba todo eso, tanto el perder como ganar. Es sólo ir dando pasitos hacia el día a día.

¿Ha tenido algún contrario al que no quería ver ni en pintura?

Sí, más que una jugadora era un equipo, el Ponce de Valladolid, siempre pensaba que nos iba a caer una buena, en concreto el año pasado en el torneo especial. Aunque en muchos equipos siempre hay alguna jugadora que es muy buena y cuando me toca defenderla sudo la gota gorda (risas).

¿Una anécdota que se pueda contar?

La misma que le puede haber pasado a cualquiera… o no (risas). Pues después de un partido estábamos en la ducha y de eso que me llaman. Fui a por el móvil a la carrera y como el suelo estaba mojado hice un “aquaplaning” en toda regla, hubo un poco de risas pero el móvil y yo salimos intactos.(muchas risas)

¿Qué meta ha cumplido?

Cuando en alevines fuimos al campeonato mini, quedamos terceras. Tengo un grato recuerdo y eso que no ganamos, pero me hizo mucha ilusión porque había mucho nivel.

¿Tiene un número fetiche?

Juego con el 13, no soy supersticiosa y la verdad que es un número que me gusta mucho. Aunque haciendo memoria mi hermano jugaba con el trece y luego heredé su camiseta, así que… ¡¡Todo queda en familia!!

¿Qué se llevas de Filipenses a nivel de club?

Destacaría que aquí nos conocemos todos, ya sea por estar junto en clase, en las pretemporadas que se hacen en Carrión… y aunque sea un tópico, hay y siento un espíritu de Club.

Muchas gracias Rocío por aguantar mi retahíla de preguntas y pese a tu nerviosismo de este día, piensa que tienes un gran futuro porque los valores que sientes es lo más importante que tendrás en tu vida y eso nadie te lo podrá quitar jamás. He aprendido mucho de este día contigo. Ojalá con tus años, yo hubiese sido como tú.