ROSA RODRIGO

Hoy pasa por esta sección una jugadora mítica del Club y del baloncesto palentino, Rosa Rodrigo, a la que muchos podréis recordar por su cinta en la cabeza y sus 2 muñequeras a juego. A sus 48 años sigue respirando baloncesto por todos los lados, prueba de ello es el pendiente que lleva con el número 12 y su colgante de un balón en una canasta de baloncesto. Se declara muy fan de los Chicago Bulls, de Michael Jordan y de su Real Madrid, como dice ella. En la actualidad trabaja en el bar de su hermana (Bar Sabána) desde hace unos cuantos años, pero esto no la impide seguir vinculada al mundo deporte y sus valores que le inculcó su familia desde pequeñita. Nos confiesa que para ella ha sido un privilegio poder vivir del baloncesto aunque le hubiese gustado dar un paso más y jugar en la primera división del baloncesto español.

¿Qué relación tiene en la actualidad con el mundo de la canasta?

Relación directa poca, porque con mis horarios de tarde/noche en el bar se me hace muy complicado. Aunque ahora que hago memoria, hace 3 o 4 años jugamos un torneo del patronato que era de equipos mixto, nos llamábamos “Los Birras Brothers” y quedamos campeones. Sí que he intentado ir a ver algún partido de Filipenses, pero me cuesta mucho hacerlo desde la grada después de haber sido tantos años jugadora, me entra ese gusanillo y me pongo muy nerviosa, aunque viendo partidos por la tv lo llevo mejor (risas)

¿Se ha planteado ser entrenadora debido a su experiencia?

Puff… He estado entrenando en categorías inferiores y lo compaginaba mientras era jugadora de Filipenses, pero me gusta entrenar de categoría cadete para arriba. He de confesar que Quique Megido me llamó varios veranos pero para jugar con las Sénior, no para entrenarlas, y poder echar una mano al equipo, pero no me parecía justo jugar sin casi poder ir a los entrenos como las demás.

¿Piensa que su paso por Filipenses ha trazado una línea en el tiempo en el Club?

Uy… eso no lo sé. Pero esos años marcaron un antes y después en el baloncesto femenino en Palencia por jugar muchas finales, ir a sectores... y desde esas temporadas todo empezó a crecer en la cuidad. Recuerdo que hasta empezó  a venir una peña de animación que se llamaba “Los Birras” y daba gusto tener a tanta gente en la grada durante los partidos. Pero retomando el hilo de la pregunta, más que por mí ha sido por el equipo que conseguimos formar esos años.

¿Cómo fue el momento de la llamada para ser jugadora profesional?

Estaba en Palencia jugando una fase de ascenso y a través de Matilde Crespo me enteré que venían ojeadores a estos partidos. Como se suele decir, empecé con mal pie y en el primer partido me lesioné el tobillo y no pude jugar ningún partido más, aun así me ficharon y en la temporada 91/92 me fui a Burgos en el que jugué 3 años y conseguimos un ascenso. Volví 2 ó 3 años a Palencia y luego me ficharon en Bembibre, en los que pasé 8 años estupendos.

¿Con qué se queda de los años de Filipenses?

No tengo dudas, con toda la gente que conocí allí tanto a nivel de jugadoras y gente del Club. Aunque ahora no te veas todos los días porque cada uno tenemos nuestra vida y nuestro trabajo, sabes que siempre vamos estar los unos para los otros en los momentos que nos necesitemos.

¿Se imagina su vida sin el baloncesto?

Si cierro los ojos y miro hacia atrás, en lo único que pienso en volver hacer sería en jugar al baloncesto. Muchos me dicen que tenía que haber estudiado más y menos jugar, pero estoy muy contenta con lo que he hecho y lo que me ha aportado el baloncesto a mi vida, por suerte tengo el Bar que es un trabajo que va muy bien y estoy muy contenta.

¿Cuál ha sido su gran partido?

El de la Fase de Ascenso con Bembibre en 2008 jugada en Aldacano, era complicado porque había que ganar al equipo anfitrión por más de 11 puntos. Ya ser subcampeonas era todo un logro para nosotras, pero dimos la campanada y ganamos. La curiosidad, por decirlo de alguna manera, es que como no pensábamos ganar, una compañera y yo nos apostamos que nos rapábamos la cabeza, y claro, lo tuvimos que cumplir.

¿Su momento más divertido en estos años?

En una fase de ascenso con Filipenses en Oviedo, nos entrenaba Francis y Juanjo. Llegó el día de la final y en la habitación dormíamos las pívots juntas, pues nos quedamos encerradas en la habitación y no podíamos salir, y es que el partido iba a empezar ya!!!  Así que estuvimos a punto de salir por la ventana y poder irnos,por suerte se consiguió abrir la puerta e ir a toda prisa para jugar.

Al ser una referente en el vestuario, ¿cómo se interpretan los silencios en las caras de las compañeras?

Depende el momento, algunas veces eran de concentración y otras de miedo o nervios. Al final hay que tener algo de psicología, porque hay jugadoras que unas palabras o la manera de decírselas la pueden levantar el ánimo o terminar de hundirla, lo más complicado era cuando no se ganaba y también he llorado lo mío porque soy muy competitiva.

¿Qué piensa que necesita el equipo femenino para retornar a la élite?

Alguien que las apoye a nivel económico y más ahora, que el deporte femenino se encuentra en auge, porque aquí las chicas no se pueden dedicar a ello de manera profesional debido a que todas tienen su trabajo, estudios o familia... Pero tampoco hay el nivel de implicación y compromiso a nivel de jugadoras que había antes. Sería positivo para las jugadoras que vienen por abajo poder ver que pueden llegar a lograr hacerse un hueco a nivel deportivo dentro del Club de su ciudad.

Esta ha sido una entrevista a la que he ido muy inquieto debido a que todo el mundo me ha hablado tan bien de Rosa, a nivel deportivo y extradeportivo, que no quería perder la ocasión de hablar un rato con ella y saber de su vida. Cuando vas indagando en la historia de Rosa te vas dando cuenta que ese gusanillo del baloncesto no se va nunca y ver su brillo en los ojos cuando te cuenta sus recuerdos, en una persona que ha vivido y sentido tanto por el baloncesto, solo me produce envidia de llegar a tener esos recuerdos para mí dentro de unos años. Así que seguiré el mejor consejo que te han dado y que has dado tú, disfrutar del baloncesto.