PORFI FISAC

En esta ocasión nuestro protagonista en un entrenador de referencia a nivel nacional, Porfi Fisac. Actualmente es el entrenador del “Kai Zaragoza” en ACB. El segoviano, a sus 53 años, ha entrenado equipos como Valladolid, Palencia, Guipúzcoa y la selección de Senegal, entre otros, y uno de esos otros, en sus inicios como entrenador, ha sido el equipo Femenino de Filipenses (Palencia). Cabe destacar de la labor de Porfi como entrenador la pasión y espíritu ganador que impregna a todos sus equipos, sacando lo máximo de cada jugador del que dispone. Le gusta ser exigente con los demás porque él se auto exige lo máximo, lo que le ha llevado a ser un entrenador de referencia de cualquier liga en las que ha estado.

¿Qué recuerdos tiene de su etapa en Filipenses?

Es un recuerdo muy positivo y agradable, gracias a la Madre Nieves y Matilde. Tenía un grupo de jugadoras que con muchas ganas de trabajar y con mucha ilusión. Es un recuerdo muy personal para mí porque era la primera vez que podía entrenar un equipo que tenía mucha seriedad como Club y como entidad.

¿Cómo surgió la oportunidad de venir a entrenar a un Club escolar?

Estaba muy afincado en Palencia porque jugaba en el equipo de segunda división masculino y el baloncesto siempre ha sido mi pasión. En un momento ellas necesitaban que alguien entrenara al equipo de segunda y así conseguí empezar a coger experiencia y conocimiento.

Sus equipos suelen estar muy bien compactados ¿Cuál es su fórmula secreta?

Las fórmulas no existen. Se trata de creer en las personas y en la gente con la que trabajas. Tener gente con tu misma mentalidad es muy importante y hacerles ver a todos el futuro viendo hacia donde queremos caminar, eso aporta mucha estabilidad y nos hace ir hacia el mismo lado.

El trabajo de entrenador va más allá de las tácticas ¿Hasta qué punto se hace de “psicólogo”?

Hay que saber que los verdaderos protagonistas son los jugadores. A partir de ahí, entender que como seres humanos todos cometemos errores y cuando sale algo mal, hay que mantener el mismo grado de exigencia sin variar tu manera de actuar.

¿Ha tenido algún momento deportivo algo complicado en estos años?

En el mundo profesional siempre hay que vivir con el conflicto y siempre hay jugadores que quieren jugar más minutos, es más cuestión de personas diría yo.

Más que problemas con ellos, son con la pérdida de partidos y lo que ello conlleva, todos nos ponemos más nerviosos. En estas situaciones todos debemos respetarnos como seres humanos que somos.

¿Por qué decidió ser entrenador?

Desde pequeño el mundo del deporte y de la canasta me apasiona. El camino me llevó a ser entrenador por las circunstancias de la gente que me rodea, y aun cuando era jugador me llamaba la atención el poder entrenar. Me ha llevado más el camino hacia ello que el que yo lo haya ido a buscar.

En los equipos que ha estado ¿enseña o aprende?

La vida en si misma es un aprendizaje, por lo tanto, lo que más hago es aprender de los equipos. Y cuando vas teniendo más experiencia hacer que estas vivencias sean más positivas para todos.

¿En qué medida es necesaria la competitivad en un equipo?

Yo la daría un 100%. Creo que es imprescindible  y necesaria. Es un punto de querer ser alguien más, de conseguir la victoria, de ser mejor que el rival... Si no tienes esa competitividad es difícil llegar a ser profesional del baloncesto.

¿Se plantearía cuando cuelgue la pizarra a nivel profesional retornar a Filipenses?

Palencia es una ciudad que me encanta y su gente me trata con mucho cariño. Ojalá sea una opción dentro de unos años. Ahora mi camino va dedicado al mundo profesional, pero cuando deje el mundo de élite y me pueda dedicar un poco más a la enseñanza a nivel de trabajo de clubs, sería una idea que me apasionaría.

¿Qué le diría a una persona a la que le gustaría ser entrenador profesional?

Lo primero es tener ilusión y pelear por ello, nadie te va a regalar nada. Hay que pelear por los salarios y los contratos, creo que es un acto de vida y un acto de ilusión. A nivel profesional en España podemos ser unos 50 entrenadores entre ACB, LEB, Liga Femenina... por unos 3.000 que puede haber en total.

¿Se plantea cambiar algo de lo hecho hasta ahora?

Siempre es difícil tomar decisiones y cambiaria unas cuantas, sobre todo cuando me he equivocado. Pero prefiero seguir mirando hacia adelante y no tengo ojos para ver la parte de atrás.

¿Piensa que todavía puede aportar más cosas al baloncesto?

Tengo ilusión por seguir creciendo, aprendo del trabajo diario y actualmente estoy al 50% de lo que quiero llegar a ser. Me queda mucho camino por recorrer y voy a pelear por ello, no sé si lo conseguiré, pero por ganas no va a ser.

¿Hay algún momento especial que recuerde de estos años?

Hay muchos y variados, pero me quedo cuando alguno de mis jugadores no tiene un buen día, como nos puede pasar a cualquiera de nosotros, y es capaz de venir y decirme: “siéntame míster que no estoy bien” y eso me gusta porque demuestra que es una gran persona y un jugador de élite.

¿Cuál es su motivación para seguir en esto?

Soy una persona que amo mi profesión, por eso no me parece nada duro y tengo la fortuna de que vivo de ello. Para mí este mundo es satisfacción y no me distraigo con los malos momentos, de hecho cada día que pierdo estoy más cerca de querer ganar al día siguiente.

Sin duda, esta entrevista me ha dejado huella por mi gran admiración por Porfirio. Escucharle cada vez que habla es como leer un manual de baloncesto, siempre se aprende algo y con una gran educación. Por si esto fuera poco, que un profesional de su nivel te diga que admira a toda la gente que dedicamos parte de nuestro tiempo a difundir la esencia del baloncesto en la etapa de formación, te da una fuerza para seguir con esto aún mayor, gracias de todo corazón.

Mucha suerte para esta temporada y todas la que vengan. Aquí siempre tendrás tu casa para lo que necesites.