Las caras de los niños lo decían todo.

El pasado sábado, después de un año, los patios de Filipenses estaban llenos de niños.

Había muchísimos nervios por todos, pero sobre todo una gran alegría pues éramos conscientes de todo lo que nos hemos perdido en este año sin baloncesto y volvíamos a oír ese sonido particular del bote del balón.

Aquí os dejamos una muestra de los momentos vividos.

##JUNTOSSEGUIERMOSVIVOS##